Una humilde octogenaria de nombre Teodora Quispe de Mollesaca acudió a los medios de comunicación para denunciar que sus familiares la botaron de su domicilio, motivo por el cual solicitó ser acudida por la sociedad de Beneficencia Pública de San Román.
Según cuenta la mujer en los últimos años, habría tenido una serie de problemas con su hija adoptiva, quien se habría apropiado de dinero en efectivo y de su vivienda tras la muerte de su pareja, además dijo ser víctima de maltrato físico y psicológico.
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Mucho me gritan, me discuten, no me dan comida, no me pagan mi dinero que me deben, por eso he decidido acudir a la Beneficencia Pública de San Román para que me apoyen, no tengo a nadie, mi esposo falleció hace años atrás, señaló muy triste la octogenaria.
En ese sentido la gerente de la Sociedad de Beneficencia Pública de San Román, Juana Pilco Escobedo, acudió al llamado de la mujer, indicando que se le dará asilo y todas las atenciones necesarias, además también de brindarle asesoría legal.